Antioxidantes en la mujer climatérica Oxidación – Antioxidación
DOI:
https://doi.org/10.31403/rpgo.v56i235Resumen
Para los organismos aerobios es imprescindible la utilización del oxígeno del aire. Sin embargo, también se sabe que alrededor de 2 a 5% de ese oxígeno se reduce, formando radicales libres (EROs) -como el anión superóxido, el radical hidroxilo y la molécula de peróxido de hidrógeno-, además de radicales orgánicos producidos por las reacciones de propagación; estas pueden dañar a las biomoléculas celulares, iniciando en la mejor de las situaciones el proceso de apoptosis y, en otros casos, la necrosis. Como parte de la evolución y de nuestra adaptación a la toxicidad de este gas hemos desarrollado un complejo sistema de defensa antioxidante con componentes endógenos (superóxido dismutasa-SOD, catalasa, glutatión peroxidasa, glutatión, ácido úrico, bilirrubina, ácido lipoico) y exógenos (vitaminas A, C y E, además de polifenoles), que son incluidos en nuestra dieta cotidiana. Esta paradoja del oxígeno durante toda la vida conduce a un estado de estrés oxidativo y contribuye al proceso de senescencia que, sin embargo, no es homogéneo para todos nuestros sistemas corporales. En la vida del ser humano, el sistema reproductor femenino es uno de los que envejecen a mayor velocidad; una de las características de esta etapa es la disminución de la producción de estrógenos que, adicional a su clásica función hormonal, también ha demostrado tener capacidad antioxidante directa, así como participar como activador de señales intracelulares para la homeostasis redox.